El manifiesto del 14 de noviembre en Colombia: Día Mundial de la Diabetes

El 14 de noviembre de 2025 no fue una fecha más en el calendario de la salud pública en Colombia. Ese día, más de 10.000 personas en al menos diez departamentos salieron a las calles durante la conmemoración del Día Mundial de la Diabetes.

19 de noviembre de 2025
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El manifiesto del 14 de noviembre en Colombia: Día Mundial de la Diabetes

El 14 de noviembre de 2025 no fue una fecha más en el calendario de la salud pública en Colombia. Ese día, más de 10.000 personas en al menos diez departamentos salieron a las calles durante la conmemoración del Día Mundial de la Diabetes. No caminaron solo para cumplir un acto simbólico, sino para enviar un mensaje firme de conciencia y acción frente a una de las epidemias más silenciosas del país.

La Fundación Vida Nueva hizo el llamado y la respuesta ciudadana, por sí sola, ya constituye un hito nacional. Una causa que durante años permaneció silenciosa, individual y fragmentada se transforma cada 14 de noviembre en un movimiento público, visible y colectivo.

Este editorial expone cómo esta movilización logró consolidarse en un escenario marcado por diversos desafíos sociales y territoriales. La jornada del 14 de noviembre no fue un hecho aislado, sino la manifestación de un modelo estratégico que traza una ruta posible para el país.

Una campaña construida desde el territorio

El éxito de la jornada no fue producto de la espontaneidad. Surgió de una arquitectura de alianzas y metodologías que se organizaron en torno a tres pilares: descentralización adaptativa, inclusión social y construcción de redes. Estos componentes permitieron que la movilización se consolidara como una de las más amplias y diversas en la historia reciente de la prevención en salud pública.

  • El caso del Atlántico ofrece un ejemplo claro:
  • Barranquilla llevó a cabo la 13ª edición de su caminata, un evento de larga trayectoria en la ciudad, que reunió a 4.000 personas en el Parque Sagrado Corazón. Este modelo representó la fuerza de la constancia y la construcción de confianza comunitaria a lo largo de los años.
  • Soledad, en cambio, identificó que su público tenía características distintas. Optó por innovar con la carrera Soledad Running 5K y 10K, realizada en un centro comercial y dirigida a un perfil más joven, atlético y competitivo. Atrajo a 2.000 participantes interesados en un “reto cronometrado”.

La estrategia no obligó a las comunidades a encajar en un solo formato; por el contrario, ofreció alternativas adaptadas al territorio. En dos ciudades vecinas, la ciudadanía encontró opciones diferenciadas que sumaron audiencias en vez de dividirlas.

2. Inclusión como principio estructural

El impacto de la campaña no se mide solamente por el número de participantes, sino por la diversidad social, étnica y territorial de quienes se movilizaron. La estrategia se diseñó para “llegar a donde otros no llegan”, priorizando poblaciones vulnerables con menor acceso a servicios de salud.

Los ejemplos reflejan un enfoque consciente, no anecdótico:

  • Carraipía, Maicao (La Guajira): más de 500 integrantes de la comunidad Wayuu participaron en una caminata articulada con pertinencia cultural. Esto fue posible gracias a un trabajo previo con aliados locales como Dusakawi (EPS indígena) y el Ejército Nacional.
  • Cúcuta: una jornada de actividad física reunió a 500 personas en la Nueva Plazoleta del Malecón, con énfasis en la inclusión de población migrante. La Cruz Roja fue un socio clave para lograr legitimidad frente a esta comunidad.
  • Tibasosa y Sogamoso, Boyacá: la movilización de 300 participantes cada uno en zona rural evidenció que la campaña trascendió los grandes centros urbanos. La articulación con la ESE local Inés Ochoa Pérez y la Nueva EPS permitió llegar a territorios donde el mensaje de prevención adquiere una relevancia aún mayor.

Esta dimensión de inclusión no solo responde a un principio de equidad: es también una estrategia eficaz de salud pública. En poblaciones con menor acceso a servicios, la prevención tiene un impacto humanamente incalculable.

3. Un modelo de red que multiplica el alcance

La Fundación Vida Nueva, con apoyo de la World Diabetes Foundation (WDF), actuó como catalizador, pero no como ejecutor único. Cada territorio asumió la organización de su propio evento, generando apropiación local y sostenibilidad.

La lista de aliados demuestra la amplitud de esta red: alcaldías como Maicao, Soledad y Quibdó; secretarías de salud de Barranquilla, Cali y Montería; hospitales y ESE como la ESE Centro Sur Cali; universidades como la Universidad del Sinú (Montería), la Universidad Libre (Barranquilla) y la Universidad Claretiana (Chocó); EPS como Cajacopi, Nueva EPS y Dusakawen La Guajira; la Cruz Roja en Cúcuta y, en La Guajira, el acompañamiento del Ejército.

Este modelo permitió que el mensaje calara con fuerza en cada territorio. Y generó resiliencia: el proceso no depende de un solo actor, sino de un ecosistema capaz de mantenerse incluso cuando alguna institución no pueda liderar en un año específico.

La caminata funciona así como brazo de sensibilización del Proyecto Vida Nueva: Generaciones Saludables Para Colombia, una estrategia de cuatro años enfocada en la prevención intergeneracional, desde la salud metabólica en el embarazo hasta la nutrición infantil.

El espejo de la realidad: la diabetes como epidemia desatendida

El compromiso ciudadano del 14 de noviembre contrasta con la gravedad del problema. La Federación Internacional de Diabetes estima que en Colombia viven 3.033.800 adultos con la enfermedad, equivalentes al 8.4% de la población adulta. Sin embargo, la Cuenta de Alto Costo reporta 2.186.861 casos registrados en el sistema para 2024. Esto revela un millón de personas sin diagnóstico o fuera de los programas de seguimiento: una “población fantasma” en riesgo permanente.

Las consecuencias son severas:

  • Enfermedad renal: hasta 40% de los pacientes desarrollará enfermedad renal crónica, antesala de la diálisis.
  • Retinopatía diabética: afecta a hasta 30% de los pacientes y es una de las principales causas de ceguera evitable.
  • Neuropatías y pie diabético: frecuentes y, a menudo, causantes de amputaciones.
  • Enfermedad cardiovascular: riesgo significativamente elevado.

Gran parte de estas complicaciones es prevenible mediante controles básicos de bajo costo. Sin embargo, el sistema falla de manera sistemática:

  • Menos del 50% de los pacientes accede a los tamizajes que previenen la ceguera y la enfermedad renal.
  • En 2023, solo 40.3% tuvo medición de hemoglobina glicosilada (HbA1c), el indicador central para evaluar el control de la enfermedad.

El sistema termina asumiendo los costos más altos asociados a las complicaciones avanzadas, mientras que las acciones preventivas —que podrían evitar gran parte de estos desenlaces— aún no alcanzan la cobertura necesaria. Esta paradoja evidencia la necesidad de redirigir esfuerzos hacia la prevención y el seguimiento temprano.

De la calle a la política pública

La movilización del 14 de noviembre demuestra que la salud pública puede construirse desde el territorio. Cada huella sobre el asfalto es evidencia de que la ciudadanía está dispuesta a actuar cuando se le convoca con claridad, pertinencia y legitimidad.

Para la Fundación Vida Nueva, esta fecha se convierte en un ancla anual de una estrategia de largo plazo. El objetivo no es solo promover un día de activismo, sino crear las condiciones sociales y políticas para sostener intervenciones que requieren continuidad por al menos dos décadas. Prevenir la diabetes y las enfermedades cardiometabólicas implica intervenir hoy en factores determinantes como la salud metabólica materna y la nutrición infantil.

Los tres pilares que hicieron posible la caminata —descentralización, inclusión y trabajo en red— pueden escalarse como herramientas del sistema de salud. La alianza con ESE, alcaldías y EPS, así como la activación de los Equipos Básicos de Salud y los Planes de Intervenciones Colectivas, permitirían avanzar hacia la meta de cerrar la brecha del tamizaje, especialmente en los territorios más vulnerables.

Mirar hacia adelante

El desafío ahora es transformar la energía de un día en acciones sostenidas durante los otros 364. El Proyecto Vida Nueva: Generaciones Saludables para Colombia trabaja con los territorios para garantizar continuidad en dos frentes esenciales: mejorar la atención de los trastornos metabólicos del embarazo y abordar la malnutrición infantil en las escuelas primarias.

Las huellas de las caminatas se borrarán con el paso del tiempo, pero se renovarán cada 14 de noviembre. Ese acto recurrente será el recordatorio anual de que esta movilización no es simbólica: es un compromiso social que debe convertirse en realidad tangible para las generaciones futuras.